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El entrenamiento de fuerza es un tipo específico de entrenamiento que implica el uso del peso corporal o resistencia externa para desarrollar masa muscular, fuerza y resistencia.

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios, algunos más notorios que otros. Entre estos cambios se encuentra la disminución gradual de la fuerza muscular, condición conocida como dinapenia. Esta pérdida de potencia muscular puede tener un profundo impacto en nuestra capacidad para realizar las tareas diarias, afectando nuestra calidad de vida e independencia.


La pérdida de masa y función muscular se puede atribuir a varios factores, entre ellos:


  • Envejecimiento: A medida que envejecemos, nuestros músculos pierden tamaño, calidad y número de fibras, especialmente las fibras de contracción rápida que son responsables de generar potencia y velocidad. Nuestros nervios también se deterioran y pierden su capacidad de activar los músculos de manera eficiente.

  • Inactividad: Un estilo de vida sedentario puede acelerar la pérdida de fuerza y función muscular, ya que los músculos se debilitan y responden menos a los estímulos. La inactividad física también puede provocar otros problemas de salud, como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis, que pueden empeorar la dinapenia.

  • Nutrición: Una mala alimentación puede contribuir a la dinapenia al afectar el metabolismo muscular, la síntesis de proteínas y los niveles hormonales. Algunos de los factores nutricionales que pueden perjudicar la fuerza muscular son: ingesta inadecuada de proteínas, deficiencia de vitamina D, inflamación crónica, estrés oxidativo y deshidratación.

  • Hormonas: Los cambios hormonales que ocurren con el envejecimiento también pueden afectar la fuerza y la función de los músculos. Por ejemplo, una disminución de la testosterona, la hormona del crecimiento y el factor de crecimiento similar a la insulina-1 puede reducir la masa y la calidad muscular, mientras que un aumento del cortisol puede aumentar la degradación muscular y la inflamación.


Síntomas de dinapenia

Los síntomas de la dinapenia pueden variar de persona a persona, pero a menudo incluyen:


  1. Debilidad: La dinapenia puede reducir la fuerza de agarre, que es esencial para sostener y manipular objetos. También puede reducir la fuerza de la parte superior e inferior del cuerpo, que son necesarias para levantar, transportar o mover artículos pesados o voluminosos, como paquetes, equipaje o muebles.

  2. Movilidad reducida: La dinapenia puede afectar la fuerza de las piernas, que son crucial para realizar desplazamientos, caminar, subir escaleras o levantarse de una silla. También puede afectar la fuerza central, que es importante para mantener la postura y el equilibrio. Estas deficiencias pueden aumentar el riesgo de caídas, fracturas y lesiones, lo que puede limitar la movilidad e independencia.

  3. Pérdida de independencia: La dinapenia puede dificultar la realización de tareas domésticas, como limpiar, trabajar en el jardín o lavar la ropa. También puede interferir con las actividades de cuidado personal, como bañarse, vestirse o arreglarse. Estas dificultades pueden afectar el autoestima, comodidad e higiene.

  4. Menor capacidad social: La dinapenia puede reducir la resistencia, necesaria para realizar actividades recreativas o sociales, como jugar con nietos, bailar o viajar. También puede reducir la sensación disfrute y satisfacción, ya que puedes sentirte más fatigada, dolorida o frustrada.


¿Cómo se puede prevenir o revertir la dinapenia?

La buena noticia es que la dinapenia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Se ha demostrado que puede prevenirse o revertirse adoptando algunos cambios en el estilo de vida, como:


1. Adoptando el ejercicio físico: El ejercicio físico es una de las mejores formas de prevenir o revertir la dinapenia, ya que puede estimular el sistema neuromuscular, mejorar el flujo sanguíneo y mejorar el metabolismo. El tipo, la intensidad, la frecuencia y la duración dependerán de tus objetivos, preferencias y habilidades, pero una recomendación general es intentar realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada y dos sesiones de entrenamiento de fortalecimiento muscular por semana.


2. Mejorando tu nutrición: La nutrición es otro factor clave para prevenir o revertir la dinapenia, ya que puede proporcionar la energía y los nutrientes que los músculos necesitan para funcionar de manera óptima. Algunas de las estrategias nutricionales que pueden ayudarte a mejorar la fuerza muscular son: aumentar el consumo de proteínas, especialmente después del entrenamiento de fuerza es una contramedida eficaz contra la pérdida de masa muscular y la disminución de la fuerza; complementar con vitamina D si tienes deficiencia; comer más alimentos antiinflamatorios y ricos en antioxidantes, como frutas, verduras, nueces y semillas; y beber suficiente agua para mantenerse hidratado.


3. Manejando tus hormonas. Las hormonas también pueden desempeñar un papel en la prevención o reversión de la dinapenia, ya que pueden influir en el metabolismo muscular, la síntesis de proteínas y la inflamación. Algunas de las intervenciones hormonales que pueden ayudarte a mejorar tu fuerza muscular son: consultar con tu médico sobre la terapia de reemplazo hormonal si tienes niveles bajos de testosterona, hormona del crecimiento o factor de crecimiento similar a la insulina-1; reducir tus niveles de estrés y producción de cortisol practicando técnicas de relajación, como meditación, yoga o ejercicios de respiración; y optimizar la calidad y cantidad de su sueño, ya que el sueño puede afectar el equilibrio hormonal y la recuperación muscular.


Entrenamiento de fuerza: una contramedida a la dinapenia

Se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza es una contramedida eficaz contra la pérdida de masa muscular y la disminución de la fuerza. El entrenamiento de fuerza regular puede ayudar a:


  • Aumentar la masa muscular: al estimular el crecimiento muscular, el entrenamiento de fuerza puede ayudar a revertir la pérdida de masa muscular asociada con el envejecimiento.

  • Mejorar la fuerza muscular: Los ejercicios de entrenamiento de fuerza mejoran directamente la fuerza y potencia muscular, facilitando las tareas diarias.

  • Mejorar la salud ósea: el entrenamiento de fuerza también puede mejorar la densidad mineral ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis y fracturas.

  • Mejorar el metabolismo: el entrenamiento de fuerza mejora el metabolismo muscular, la síntesis de proteínas y los niveles hormonales, lo que resulta en un mayor crecimiento muscular y una menor degradación muscular.

  • Mejorar el estado físico general: el entrenamiento de fuerza puede mejorar el estado físico general, incluida la resistencia, el equilibrio y la coordinación.


Recomendaciones para el entrenamiento de fuerza


El Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) recomienda que los adultos realicen ejercicios de entrenamiento de fuerza para todos los grupos musculares principales al menos dos veces por semana. Cada ejercicio debe realizarse de 8 a 12 repeticiones durante 2 a 3 series.


Es importante aumentar gradualmente la intensidad y la duración de las sesiones de entrenamiento de fuerza con el tiempo para evitar lesiones. Consultar con un entrenador personal certificado puede resultar útil para desarrollar un programa de entrenamiento de fuerza seguro y eficaz.


La dinapenia es una afección común que afecta a los adultos mayores y puede afectar su capacidad para realizar tareas diarias, como levantar, cargar, caminar, trepar o mantener el equilibrio. La dinapenia es causada por múltiples factores que afectan el sistema neuromuscular, como el envejecimiento, la inactividad, la nutrición y las hormonas. Sin embargo, la dinapenia no es inevitable ni irreversible y puede prevenirse o revertirse adoptando algunos cambios en el estilo de vida, como aumentar la cantidad y calidad de ejercicio físico, mejorar la nutrición, controlar las hormonas y, especialmente, el entrenamiento de fuerza. El entrenamiento de fuerza es un tipo específico de entrenamiento que implica el uso del peso corporal o resistencia externa para desarrollar masa muscular, fuerza y resistencia. El entrenamiento de fuerza puede prevenir o revertir la dinapenia al aumentar el tamaño, calidad y función muscular.

El entrenamiento de fuerza ofrece una amplia gama de beneficios para personas de todas las edades y niveles de condición física.

El entrenamiento de fuerza no es sólo una forma de mejorar la apariencia física, el rendimiento y la confianza, sino también una poderosa herramienta para prevenir y controlar diversas enfermedades crónicas. En este artículo, aprenderás cómo el entrenamiento de fuerza puede ayudarte a reducir el riesgo de sarcopenia y cuáles son las mejores prácticas para comenzar.


El entrenamiento de fuerza es una herramienta poderosa que puede mejorar tu salud y estado físico en general. Es importante recordar que el entrenamiento de fuerza no es sólo para atletas y culturistas. Personas de todas las edades y niveles de condición física pueden beneficiarse del entrenamiento de fuerza.


Encuentra un tipo de entrenamiento de fuerza que disfrutes. Hay muchas formas diferentes de realizar entrenamiento de fuerza, así que busca algo que te resulte divertido y atractivo.


Entrenamiento de fuerza: más que solo desarrollar músculos

Si crees que el entrenamiento de fuerza es sólo para culturistas y atletas que quieren mejorar su rendimiento, es posible que te estés perdiendo una de las formas más efectivas de mejorar tu salud y bienestar. El entrenamiento de fuerza no se trata sólo de desarrollar músculos por razones estéticas. También tiene muchos beneficios que van más allá del aspecto físico, como prevenir lesiones, combatir la sarcopenia, acelerar el metabolismo y mejorar la salud mental. En este artículo, exploraremos algunas de las razones por las que deberías incluir el entrenamiento de fuerza en tu rutina de ejercicios, independientemente de su edad, sexo o nivel de condición física.


¿Qué es el entrenamiento de fuerza?

El entrenamiento de fuerza es un tipo de ejercicio que implica mover las articulaciones a través de un rango de movimiento contra una resistencia, como el propio peso corporal, pesas, máquinas, bandas u otros implementos. La resistencia hace que los músculos se contraigan y ejerzan fuerza, lo que los estimula a crecer más fuertes y más grandes con el tiempo. El entrenamiento de fuerza también puede mejorar la función de los tendones, ligamentos, huesos y articulaciones, que son esenciales para el movimiento y la estabilidad.


El entrenamiento de fuerza se puede realizar de varias maneras, según los objetivos, preferencias y disponibilidad de equipo. Algunos de los tipos comunes de entrenamiento de fuerza incluyen:


Hipertrofia muscular: este es el tipo de entrenamiento de fuerza que se enfoca en aumentar el tamaño de los músculos. Por lo general, implica levantar pesas de moderadas a pesadas de 8 a 15 repeticiones por serie, con breves períodos de descanso entre series. Este tipo de entrenamiento estimula el crecimiento de las fibras musculares y aumenta el flujo sanguíneo a los músculos, lo que da como resultado una apariencia grande, fuerte y revitalizada.


Resistencia muscular: este es el tipo de entrenamiento de fuerza que se enfoca en mejorar la capacidad de los músculos para mantener el ejercicio durante un largo período de tiempo. Por lo general, implica levantar el propio peso corporal o pesas livianas durante 15 a 30 repeticiones por ejercicio, con poco o ningún descanso entre series. Este tipo de entrenamiento mejora la eficiencia de tus músculos para utilizar oxígeno y nutrientes, lo que te ayuda a rendir mejor en determinadas actividades.


Fuerza muscular: este es el tipo de entrenamiento de fuerza que se enfoca en mejorar la capacidad de los músculos para generar la máxima fuerza en un solo esfuerzo. Por lo general, implica levantar pesos pesadas de 1 a 3 repeticiones por serie, con largos períodos de descanso entre series. Este tipo de entrenamiento aumenta el reclutamiento y la activación de tus fibras musculares, lo que te permite levantar más peso o realizar movimientos más explosivos, como saltar o correr.


Potencia muscular: este es el tipo de entrenamiento de fuerza que combina fuerza y velocidad para mejorar la capacidad de los músculos para producir fuerza rápidamente. Por lo general, implica levantar pesas moderadas durante 3 a 8 repeticiones por serie, con períodos de descanso cortos a moderados entre series.

Este tipo de entrenamiento mejora el ritmo de desarrollo de la fuerza y la coordinación de los músculos y el sistema nervioso, lo que te ayuda a realizar movimientos más potentes, como lanzar o patear.


Ten en cuenta que estamos hablando en términos generales, todo esto está sujeto a modificaciones y matices, estas indicaciones nunca se deben tomar al pie de la letra, eso debe establecerlo tu entrenador.



Beneficios del entrenamiento de fuerza

El entrenamiento de fuerza ofrece una amplia gama de beneficios para personas de todas las edades y niveles de condición física. Algunos de los beneficios del entrenamiento de fuerza incluyen:


  • Aumento de masa muscular: el entrenamiento de fuerza ayuda a desarrollar y mantener la masa muscular. La masa muscular es importante para la fuerza, la potencia y el metabolismo.


  • Mejor densidad ósea: el entrenamiento de fuerza ayuda a mejorar la densidad ósea, lo que puede ayudar a prevenir la osteoporosis.


  • Reduce el riesgo de sufrir lesiones: el entrenamiento de fuerza puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones fortaleciendo los músculos y los tejidos conectivos.

  • Mejor control del peso: el entrenamiento de fuerza puede ayudar a mejorar el control del peso al aumentar el metabolismo y quemar calorías.


  • Reduce el riesgo de enfermedades crónicas: el entrenamiento de fuerza puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.


  • Mejora el estado de ánimo y la función cognitiva: el entrenamiento de fuerza puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y la función cognitiva, incluida la memoria y la concentración.

Como puedes evidenciar, el entrenamiento de fuerza tiene muchos beneficios para la salud y el bienestar, pero hablemos del tema central de este artículo: la sarcopenia.


¿Cómo puede el entrenamiento de fuerza prevenir la sarcopenia?

La sarcopenia es la pérdida de masa y calidad muscular relacionada con la edad, que puede provocar fragilidad, discapacidad y aumento de la mortalidad. Se estima que después de los 30 años se puede perder del 3 al 8% de la masa muscular por década, y este ritmo puede acelerarse después de los 60 años. Algunos de los factores que contribuyen a la sarcopenia son:


  • Cambios hormonales: a medida que envejece, sus niveles de hormona del crecimiento, testosterona y estrógeno disminuyen, lo que puede afectar la síntesis y descomposición de las proteínas musculares.

  • Inflamación: La inflamación crónica puede afectar la regeneración y reparación de los músculos y aumentar el catabolismo (degradación) muscular.

  • Nutrición: a medida que envejece, su apetito y su ingesta de alimentos pueden disminuir, lo que puede provocar una ingesta inadecuada de proteínas y calorías, así como deficiencias de micronutrientes, que pueden afectar su salud muscular.

  • Actividad física y ejercicio físico: a medida que envejece, sus niveles de actividad física pueden disminuir, lo que puede provocar desuso y atrofia (emaciación) de los músculos.

El entrenamiento de fuerza es una de las formas más efectivas de prevenir y revertir la sarcopenia, ya que puede estimular el crecimiento, la fuerza y la función de los músculos.


El entrenamiento de fuerza puede:


  • Aumentar la síntesis de proteínas musculares y disminuir la descomposición de proteínas musculares, lo que puede resultar en un equilibrio neto positivo e hipertrofia muscular.

  • Aumentar los niveles de hormona del crecimiento, testosterona y factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1), que son hormonas importantes para el desarrollo y mantenimiento de los músculos.

  • Reducir la inflamación y el estrés oxidativo, que pueden dañar las células musculares y perjudicar la recuperación muscular.

  • Mejorar el flujo sanguíneo y la entrega de nutrientes a los músculos, lo que puede mejorar el metabolismo muscular y la producción de energía.

  • Mejorar la función neuromuscular, lo que puede mejorar su activación, coordinación y eficiencia muscular.

Para prevenir la sarcopenia, el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) recomienda realizar entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana, dirigido a todos los grupos de músculos principales. Debes utilizar una intensidad de moderada a alta (60 a 80 % de tu máximo de una repetición) y realizar de 8 a 12 repeticiones por serie, de 2 a 4 series por ejercicio. También, consumir proteínas adecuadas (1,2 a 1,6 gramos por kilogramo de peso corporal por día) y calorías para apoyar el crecimiento y la recuperación de sus músculos.


El entrenamiento de fuerza no se trata sólo de desarrollar músculos; se trata de fortalecer tu cuerpo contra los desafíos que la vida te presenta. El entrenamiento de fuerza es un componente esencial de un estilo de vida saludable para personas de todas las edades y niveles de condición física. Puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas, mejorar la salud física y mental y reducir el riesgo de lesiones. Sumérgete en una vida más saludable incorporando entrenamiento de fuerza: ¡Contáctanos para diseñar un plan de entrenamiento a tu medida!

Actualizado: 16 jun. 2023


Clases de kickboxing
Kickboxing

El kickboxing es un arte marcial dinámico y un deporte de combate que combina elementos del boxeo y técnicas de patadas. Es conocido por sus entrenamientos de alta intensidad y sus efectivas habilidades de defensa personal. Si bien el kickboxing implica puñetazos y golpes, una de sus características distintivas es el uso de patadas. En este artículo, exploraremos los numerosos beneficios de las patadas en el kickboxing y por qué incorporarlas en tu rutina de entrenamiento puede mejorar tu estado físico y bienestar general.


Mejora de la salud cardiovascular

Las patadas de kickboxing ofrecen un estímulo cardiovascular excepcional que puede beneficiar enormemente la salud de tu corazón. El movimiento continuo, las transiciones rápidas y las poderosas patadas involucradas en las rutinas de kickboxing trabajan juntas para aumentar el ritmo cardíaco, mejorar la circulación sanguínea y garantizar un suministro adecuado de oxígeno a los diferentes grupos musculares. Este acondicionamiento cardiovascular no solo fortalece el corazón, sino que también mejora la resistencia y el estado físico general.


Ejecutar patadas de kickboxing requiere movimiento y agilidad constantes, lo que ayuda a elevar el ritmo cardíaco. A medida que se realizan transiciones rápidas entre diferentes patadas y combinaciones, tu corazón trabajará más para bombear sangre por todo el cuerpo. Este aumento del flujo sanguíneo proporciona oxígeno y nutrientes vitales a los músculos, lo que les permitirá funcionar de manera óptima durante el entrenamiento.


Las sesiones regulares de kickboxing pueden elevar efectivamente tu ritmo cardíaco, mejorando así tu resistencia general. Con el tiempo, tu corazón se vuelve más fuerte y más eficiente para bombear sangre, lo que le permite cumplir con las demandas de la actividad física de manera más efectiva. Con una mayor resistencia, te resultará más fácil participar en diversas formas de ejercicio, ya sea subir escaleras, correr o participar en otras actividades deportivas.


Entrenamiento de cuerpo completo

Las patadas de kickboxing brindan una oportunidad increíble para un entrenamiento de cuerpo completo, involucrando múltiples grupos musculares. Cuando se ejecuta una patada, se activan y fortalecen los músculos de las piernas, las caderas, los glúteos, el núcleo e incluso la parte superior del cuerpo, dando como resultado una rutina de ejercicios completa y efectiva. La combinación de puñetazos y patadas en el kickboxing garantiza que y trabajes todo el cuerpo.


Uno de los beneficios clave de incorporar patadas en tu rutina de kickboxing es la activación de varios grupos musculares en la parte inferior del cuerpo. Al lanzar patadas, los músculos primarios involucrados incluyen los de las piernas, como los cuádriceps, los isquiotibiales, glúteos y las pantorrillas. Estos músculos son responsables de generar la potencia y la fuerza necesarias para ejecutar patadas fuertes e impactantes.


Además, las patadas en el kickboxing requieren el compromiso de los músculos de la cadera, incluidos los flexores y abductores de la cadera. Estos músculos juegan un papel crucial en la estabilización y facilitación del movimiento adecuado de la cadera durante las patadas. Al realizar regularmente patadas de kickboxing, también mejora tu flexibilidad, adquiriendo una mejor función y movilidad general de la cadera.


Mayor fuerza y potencia

Patear también mejora la generación de energía. Cuando lanzas una patada en el kickboxing, involucras todo tu cuerpo en un movimiento coordinado y poderoso. La transferencia de fuerza comienza desde el suelo, donde tus piernas empujan contra el suelo, transfiriendo energía a través de tus caderas, centro y finalmente alcanzando el punto de contacto. Esta transferencia secuencial de energía te permite generar una potencia significativa detrás de tus patadas.


La naturaleza explosiva de las patadas de kickboxing ayuda a desarrollar fibras musculares de contracción rápida, que son responsables de generar ráfagas rápidas de energía. La práctica repetida de patadas explosivas facilita el reclutamiento y el desarrollo de estas fibras musculares de contracción rápida, lo que resulta en una mayor producción de potencia. Este aumento de potencia puede beneficiar no solo a tus patadas sino también a otras actividades atléticas o deportes que requieran movimientos explosivos.


En kickboxing, la técnica adecuada y la mecánica corporal son esenciales para maximizar la fuerza y la potencia en tus patadas. A medida que avanzas en tu entrenamiento de kickboxing, aprendes a generar fuerza desde cero, utilizando el poder de tus piernas, caderas y core. Al comprender e implementar la técnica adecuada, puedes optimizar la generación de energía y transferirla de manera eficiente a tus patadas.


Flexibilidad y equilibrio mejorados

La flexibilidad juega un papel vital en las patadas de kickboxing, ya que permite un mayor rango de movimiento y una ejecución adecuada de las técnicas. Al practicar patadas con regularidad, estiras y alargas gradualmente los músculos y mejoras el rango de movimiento de las articulaciones de las piernas, las caderas y la parte inferior de la espalda. Estos movimientos ayudan a aumentar tu flexibilidad general, lo que permitirá lograr patadas más altas con una mejor forma y técnica.


Cada patada en el kickboxing se dirige a grupos musculares específicos y requiere un cierto nivel de flexibilidad. Por ejemplo, las patadas frontales involucran los flexores de la cadera y los músculos isquiotibiales, mientras que las patadas giratorias involucran los abductores y rotadores de cadera. Al practicar constantemente estas patadas, no solo fortalece estos músculos, sino que también mejora su flexibilidad, lo que permite movimientos más fluidos y poderosos.


El equilibrio es otro aspecto crítico de las patadas en el kickboxing. Al lanzar patadas, debes mantener la estabilidad y el control durante todo el movimiento. Esto requiere la activación y el fortalecimiento de varios músculos estabilizadores, como los músculos del tronco, las caderas y los tobillos. Al practicar regularmente patadas y desafiar tu equilibrio, puedes mejorar la fuerza en los músculos estabilizadores, desarrollando el equilibrio y coordinación en general.


El enfoque en el equilibrio en las patadas de kickboxing se extiende más allá del aspecto físico. También cultiva el enfoque mental y la concentración. A medida que te esfuerzas por mantener el equilibrio mientras ejecutas patadas, desarrollas una mejor conexión y coordinación entre la mente y el cuerpo. Esta mayor conciencia incrementa tu rendimiento general en kickboxing y otras actividades físicas.


Alivio del estrés y bienestar mental

Kickboxing es una excelente manera de aliviar el estrés y mejorar el bienestar mental. El esfuerzo físico libera endorfinas, que son sustancias químicas naturales en el cerebro que mejoran el estado de ánimo. Participar en una sesión de kickboxing de alta energía le permite canalizar tu estrés y frustraciones de una manera controlada, sintiéndose renovada y rejuvenecida.


El kickboxing sirve como una poderosa actividad para aliviar el estrés debido a su combinación de movimiento físico intenso, concentración mental y liberación de energía acumulada. Cuando ejecutas patadas, tu cuerpo realiza movimientos dinámicos que requieren fuerza, coordinación y concentración. Esta actividad física enfocada ayuda a desviar tu atención de los factores estresantes diarios y te permite sumergirte completamente en el momento presente.


Kickboxing proporciona una salida para la liberación emocional y la catarsis. A medida que ejecutas patadas poderosas, puedes canalizar tu estrés y frustraciones en los movimientos, liberando la tensión y la energía reprimida. Esta liberación controlada ayuda a aliviar la carga mental y emocional, dejándote con una sensación de alivio y un estado mental más claro.


Pérdida de peso

Las patadas de kickboxing son una forma fantástica de quemar calorías y ayudar a perder peso. El entrenamiento cardiovascular intenso combinado con el compromiso muscular de las patadas ayuda a aumentar la tasa metabólica y quemar grasa. Además, la naturaleza repetitiva de las patadas de kickboxing contribuye a fortalecer los músculos, moldear las piernas, los glúteos y el abdomen.


Durante una sesión de kickboxing, puede esperar participar en varios ejercicios de alta intensidad, como patadas con salto, patadas giratorias y patadas frontales. Estos movimientos explosivos requieren una cantidad significativa de gasto de energía, lo que lleva a una mayor quema de calorías. A medida que continúas practicando patadas y participando en entrenamientos de kickboxing regularmente, tu resistencia cardiovascular mejora, lo que te permite mantener sesiones de entrenamiento más largas e intensas, contribuyendo aún más a la quema de calorías y la pérdida de peso.


La incorporación de kickboxing en tu régimen de entrenamiento ofrece una amplia gama de beneficios. Desde una mejor salud cardiovascular y ejercicios para todo el cuerpo hasta una mayor fuerza y flexibilidad, las patadas de kickboxing brindan una experiencia de acondicionamiento físico integral. Además, los beneficios mentales y emocionales, como el alivio del estrés, hacen que el kickboxing sea una excelente opción para quienes buscan bienestar físico y mental.


¿Listo para transformar tu rutina de ejercicios? ¡Experimenta los estimulantes beneficios del kickboxing! Disfruta de los beneficios de una mejor salud cardiovascular, ejercicios para todo el cuerpo, mayor fuerza y flexibilidad, alivio del estrés y mejores habilidades de defensa personal.





© 2022 Creado por 

PAULI BLANCO
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